Los Sada recuperan y reconstruyen a Vitro

Los Sada recuperan y reconstruyen a Vitro | El Financiero

Los Sada recuperan y reconstruyen a Vitro

Adrián Sada González y Vitro

El 12 de febrero del 2009 es una fecha que la familia Sada quisiera olvidar. Ese día Adrián Sada González y los directivos de Vitro esperaban una llamada de conferencia con sus inversionistas institucionales para hablar de la reestructura de la empresa, que se había declarado en impago semanas antes. Sin embargo, al otro lado del teléfono y del Río Bravo, los saludaron representantes de los fondos Aurelius y Elliot, con sede en Nueva York, quienes habían recomprado los bonos de deuda de los tenedores institucionales (bancos) de Vitro. Fue una sorpresa.

Esa mañana, Adrián Sada y su equipo aún no conocían el alcance ni los antecedentes de estos fondos, apodados 'buitre', los cuales estuvieron cerca de quebrar y desaparecer a la centenaria productora de vidrio. Al final, luego de más tres años de negociaciones y litigios, la empresa subsistió, concluyó su concurso mercantil y ahora, aunque a la mitad de su tamaño, tiene una perspectiva positiva.

Algunos personajes cercanos a la compañía durante el periodo de reestructura accedieron a contarme detalles de esta historia, acaso la más tortuosa y complicada que haya enfrentado una empresa mexicana. Vale la pena desempolvarla ahora que la familia Sada está recomprando las acciones a los inversionistas que los apoyaron en su reestructura, para trazar el nuevo rumbo de la compañía.

De agosto del 2014 a junio del presente año la familia Sada recuperó 42 por ciento de las acciones de Vitro. Adrián Sada González y su hijo Adrián Sada Cueva, quienes quedaron como presidente y director general de la empresa, respectivamente, se convirtieron en los mayores tenedores, con cerca de 30 por ciento del capital social.

La primera sacudida a la empresa la dieron hace unos días, cuando anunciaron la venta del negocio que le dio origen a Vitro en 1909: la productora de envases. "Esta decisión fortalecerá nuestra empresa y nos permitirá continuar mejorando nuestra posición financiera", dijo Adrián Sada Cueva, de 40 años, administrador de empresas por el Tec de Monterrey y maestro de negocios por Stanford, a quien se le encomendó liderar la nueva era de Vitro.

En marzo de 2013, Sada Cueva sustituyó a Hugo Lara como director general de Vitro, quien encabezó la reestructura de la empresa. Sin embargo, los cercanos al heredero de los Sada aseguran que él fue pieza clave para lograr los acuerdos con los acreedores y convenció a inversionistas como Alfredo Harp Helú de comprar acciones de Vitro y mandar una señal de confianza al mercado.

Acostumbrados a viajar en sus propios aviones privados (prácticamente cada hermano de la familia tenía el suyo), una de las escenas más fuertes que recuerdan los allegados a los Sada ocurrió una tarde de marzo del 2010, cuando Adrián Sada Cueva llegó a la sala de espera de la terminal A del Aeropuerto de Monterrey para abordar un avión de Interjet.

Por esos días, las negociaciones con los acreedores y los fondos buitre para reestructurar la deuda cercana a los mil 500 millones de dólares estaban en uno de sus puntos más álgidos y la viabilidad de la empresa en riesgo. "Los Sada llegaron a pensar que lo perderían todo".

Fue entonces que David Martínez, un misterioso empresario regiomontano, conocido también por poseer un dúplex de 42 millones de dólares en la Time Warner Center de Nueva York que mide lo doble que las oficinas de su fondo Fintech Advisory, ubicadas a sólo cuatro cuadras de distancia, entró en acción y adquirió los bonos de deuda de Aurelius y Elliot por cerca de 800 millones de dólares a cambio de garantías de Vitro, entre ellas acciones, terrenos y otros activos.

David Martínez y los fondos Aurelius y Elliot eran viejos conocidos. Desde años atrás se habían enfrentado en la reestructura de la deuda pública de Argentina. A diferencia de los llamados fondos buitre, Fintech aceptó el plan de pago del gobierno de los Kirchner. Hay quien dice que Vitro se convirtió en una arena más para la pelea que sostenían desde Nueva York.

Sin embargo, Martínez ya está fuera de Vitro. Hace unos días, Adrián Sada González y Adrián Sada Cueva compraron su participación accionaria de 9.6 por ciento por 2 mil 25 millones de pesos, con lo que el financiero obtuvo un rendimiento de 405 millones. Aún falta lo que recibirá, junto con intereses, por los bonos que compró a los fondos buitre.

Fueron muy pocas veces las que los Sada se reunieron con David Martínez. Casi ningún ejecutivo tuvo acceso a las reuniones porque Martínez paga mucho para mantener un perfil bajo y pasar desapercibido.

Posdata
Poco más de 400 juicios enfrentó Vitro en contra de los fondos Aurelius y Elliot para lograr su reestructura. Debe ser uno de los procesos más complicados para cualquier empresa en la historia.




Enviado desde mi iPad

Comentarios